El 31 de marzo de 2022, en Tunxi, provincia de Anhui, el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, presidió la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los países vecinos de Afganistán.
En nombre de todas las partes participantes en el encuentro, Wang Yi resumió el consenso en ocho aspectos alcanzado en la reunión con respecto a la cuestión de Afganistán:
En primer lugar, enfatizar el respeto por la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Afganistán, y apoyar al pueblo afgano para que determine de forma independiente el destino del país y explore un camino de desarrollo que esté en consonancia con sus propias condiciones nacionales y se ajuste a la tendencia de los tiempos.
En segundo lugar, reconocer en general los esfuerzos de gobernanza del Gobierno interino afgano durante más de medio año y hacer un llamamiento a la parte afgana para que haga realidad la reconciliación nacional y la solidaridad interna a través del diálogo y la consulta, construya una estructura política amplia e inclusiva, implemente políticas moderadas y prudentes, y se adhiera a la buena vecindad y la amistad.
En tercero lugar, expresar una preocupación común por las actividades de las fuerzas terroristas en Afganistán e instar a este país a trazar una línea clara que lo separe de los diversos tipos de organizaciones terroristas, incluidos el “Estado Islámico” y el “Movimiento por la Independencia de Turquestán Oriental” (ETIM, por sus siglas en inglés), así como combatir resueltamente y eliminar finalmente aquellas mismas. Fortalecer la cooperación en materia de antiterrorismo y seguridad entre los países vecinos, y combatir con esfuerzos aunados los delitos de narcotráfico transfronterizos en la región.
En cuarto lugar, prestar atención a las graves dificultades humanitarias a las que se enfrenta Afganistán, decidir continuar brindando asistencia humanitaria al pueblo afgano, apoyar la reconstrucción económica y el desarrollo independiente de Afganistán y reforzar la interconectividad regional.
En quinto lugar, hacer un llamamiento a todas las partes para que lleven a cabo el contacto y el diálogo con Afganistán, apoyen su desarrollo económico y social, y se opongan tanto a las sanciones y la presión, como a la politización de la asistencia humanitaria.
En sexto lugar, instar a Estados Unidos y otros países de Occidente a cumplir con seriedad la responsabilidad principal de la reconstrucción y el desarrollo de Afganistán, devolver lo antes posible las propiedades del pueblo afgano, y oponerse a los intentos de crear caos en Afganistán y traer desastres a la región.
En séptimo lugar, apoyar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que cumpla su debida función en la promoción de la paz y la estabilidad en Afganistán y la coordinación de la asistencia al país, entre otros aspectos, y hacer un llamamiento a las instituciones financieras internacionales para que inyecten liquidez activamente a Afganistán, en un intento de ayudarlo a emprender un camino de desarrollo sólido.
En octavo lugar, continuar dar pleno juego al papel único del mecanismo de coordinación y cooperación entre los vecinos de Afganistán. Poner en funcionamiento el mecanismo de reuniones regulares entre los enviados especiales (representantes especiales) para la cuestión afgana de los países vecinos de Afganistán, establecer tres grupos de trabajo en términos políticos y diplomáticos, económicos y humanitarios, y de seguridad y estabilidad, además de impulsar la implementación de los resultados alcanzados en las anteriores reuniones de ministros de Relaciones Exteriores.