El consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, en respuesta a los nuevos acontecimientos en torno a la situación en el estrecho de Taiwán, dejó clara recientemente la posición de China durante sus contactos con los ministro de Relaciones Exteriores de Mongolia, la República de Corea y Nepal.
Wang Yi enfatizó que se ha comprobado que la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la región china de Taiwán fue una completa provocación política. Esta medida violó gravemente los compromisos asumidos por Estados Unidos e infringió seriamente la soberanía de China. Está claro que la parte china, basándose en la salvaguardia de su propia soberanía e integridad territorial, teniendo en cuenta la defensa de la no injerencia en los asuntos internos, que es una norma básica que rige las relaciones internacionales, y con el fin de mantener verdaderamente bien la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, debería tomar las contramedidas necesarias y resueltas.
Wang Yi señaló que también se ha demostrado que esta visita fue una completa farsa política. La actuación de Pelosi solo permitirá que la comunidad internacional conozca más claramente la naturaleza hegemónica e intimidatoria de Estados Unidos, solo consolidará aún más el consenso de todos los países sobre la adhesión a la política de una sola China, y solo hará que el pueblo chino esté más unido como una persona y promueva inquebrantablemente la gran causa de la reunificación nacional.
Wang Yi dijo que la situación en el estrecho de Taiwán sigue desarrollándose actualmente, y que es particularmente necesario estar alerta a tres movimientos peligrosos:
En primer lugar, estar alerta a que Estados Unidos no se resigne al fracaso y se una a algunos socios para avivar las llamas, echar gasolina al fuego, aumentar el despliegue militar en la región e impulsar una mayor escalada de la situación, en un intento de crear una nueva y mayor crisis.
En segundo lugar, estar alerta a que las fuerzas secesionistas por la “independencia de Taiwán”, con sus errores de cálculo sobre las circunstancias y sobrevalorando sus capacidades, continúen intensificando la colusión interna y externa e insista en avanzar cada vez más lejos por un camino dirigido a dividir al país y a la nación.
En tercer lugar, estar alerta a que figuras políticas de ciertos países, pasando por alto lo justo y lo erróneo, sigan los pasos para hacer propaganda sensacionalista e incluso intenten aprovechar la oportunidad para seguir el ejemplo y poner en escena espectáculos políticos en búsqueda de intereses egoístas políticos. Esto socavaría gravemente la base política de las interacciones con China y dejaría un grave impacto en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el sistema internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Wang Yi dijo que el Gobierno chino ha publicado oficialmente un libro blanco titulado La Cuestión de Taiwán y la Reunificación de China en la Nueva Era, que expone integralmente la trayectoria histórica de la cuestión de Taiwán y las políticas y propuestas de China a este respecto, con el objetivo de aclarar la información errónea y hacer oír la voz más autorizada al mundo. “Estamos dispuestos a trabajar con nuestros amigos de todos los países que aman la paz y defienden la justicia para oponernos resueltamente a cualquier palabra o acción que se entrometa en los asuntos internos de China, resistirnos con determinación a todo movimiento peligroso encaminado a socavar la paz en el estrecho de Taiwán, defender adecuada y conjuntamente el principio de una sola China, salvaguardar codo con codo los propósitos y principios de la Carta de la ONU, y mantener en común la estabilidad regional y la paz mundial”, indicó el canciller chino.