El 18 de febrero de 2025, hora local, por iniciativa de China, presidente rotatorio del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) este mes, el Consejo de Seguridad celebró una reunión de alto nivel en torno al tema “Practicar el multilateralismo, reformar y mejorar la gobernanza global”. La reunión fue presidida por el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi. El secretario general de la ONU, António Guterres, presentó información sobre la situación durante la reunión, a la que asistieron representantes de alto nivel de más de 100 países, entre ellos los miembros del Consejo de Seguridad, incluidos los ministros de Relaciones Exteriores de varios países.
Wang Yi afirmó que el año 2025 marca el 80.º aniversario de la fundación de la ONU. Los últimos 80 años son un período de desarrollo acelerado de la multipolarización mundial y la globalización económica, un período en el que los pueblos de todos los países han avanzado mediante el aliento mutuo y se han enfrentado codo con codo a los desafíos, y también un período que ha sido testigo del surgimiento y el robustecimiento del Sur Global. Aunque la sociedad humana ha emergido de las sombras de la Guerra Fría y ha superado el enfrentamiento bipolar, la paz integral y la prosperidad compartida siguen siendo difíciles de alcanzar. En la tercera década del siglo XXI, la causa de la paz y el desarrollo sigue siendo una tarea ardua y tiene un largo camino por recorrer. La historia nos enseña que, frente al panorama internacional repleto de transformaciones y desorden, el sistema internacional centrado en la ONU proporciona relevantes salvaguardias para la causa del progreso humano, y que la visión del multilateralismo con la coordinación y la cooperación como piedra angular es la mejor solución a las cuestiones globales. Ante la tendencia predominante histórica del futuro compartido, ningún país puede prosperar solo, y la cooperación de ganancias compartidas es la opción correcta. Frente a la configuración mundial profundamente cambiante, el Sur Global no solo necesita lograr la hazaña histórica de avanzar conjuntamente hacia la modernización, sino que también, más importante aún, debería llevar la delantera en la mejora del sistema de gobernanza global. Es necesario, más que nunca, volver a evocar las aspiraciones fundacionales de la ONU, revitalizar el verdadero multilateralismo y acelerar la construcción de un sistema de gobernanza global más justo y razonable. Wang Yi expuso las cuatro propuestas de China.
En primer lugar, adherirse a la igualdad soberana. Al avanzar en la gobernanza global, todos los países tienen derecho a participar como iguales, tomar decisiones como iguales y beneficiarse como iguales. Hay que respetar los caminos de desarrollo elegidos independientemente por los pueblos de todos los países, apegarse al principio de no injerencia en los asuntos internos y no imponer la propia voluntad a los demás. Es menester practicar el Estado de derecho internacional, garantizar la implementación efectiva del derecho internacional y rechazar los dobles raseros y la aplicación selectiva. Las resoluciones del Consejo de Seguridad son vinculantes y deberían ser defendidas por todos los países. El Consejo de Seguridad tiene una autoridad que debería ser preservada por todos los países. Cualquier acto de intimidación, engaño o extorsión es una violación flagrante de las normas básicas de las relaciones internacionales. Cualquier sanción unilateral que eluda la autorización del Consejo de Seguridad carece de base legal, desafía la justificación y contradice el sentido común.
En segundo lugar, persistir en la equidad y la justicia. Los asuntos internacionales ya no deberían ser monopolizados por un pequeño número de países. Los países del Sur Global tienen derecho a hablar a favor de sus derechos e intereses legítimos y defenderlos. Los frutos del desarrollo ya no deberían ser disfrutados por solo unos pocos países. Los pueblos de todos los países tienen derecho a llevar una vida feliz. La reforma del Consejo de Seguridad debería adherirse a las consultas democráticas, tener como objetivo aumentar la representatividad y el derecho a la voz de los países en desarrollo, especialmente los países africanos, y reparar eficazmente las injusticias históricas.
En tercer lugar, perseverar en la solidaridad y la colaboración. Es imperativo seguir los principios de consultas extensivas, contribución conjunta y beneficios compartidos, reemplazar la confrontación por la colaboración, evitar pérdidas de todos mediante una cooperación de ganancias compartidas y romper “pequeños círculos” con una mayor solidaridad. Los Estados miembros no pueden quedarse sentados y ver a las instituciones multilaterales volverse disfuncionales e ineficaces debido a su propia falta de cooperación. Al Consejo de Seguridad de la ONU le incumbe aún más superar las consideraciones geopolíticas estrechas, defender el espíritu de solidaridad y cooperación, cumplir como es debido con las responsabilidades conferidas por la Carta de la ONU y desempeñar adecuadamente su papel en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
En cuarto lugar, apegarse a un enfoque orientado a la acción. Ante las guerras prolongadas, la pérdida de vidas inocentes y los desafíos que plantean las nuevas tecnologías, las agencias de la ONU deberían buscar soluciones en vez de gritar eslóganes. Es importante implementar el Pacto para el Futuro con esfuerzos coordinados, es decir, convertir la hoja de ruta en un plan de construcción y una maravillosa visión en acciones sustanciales. Hace falta adherirse a la solución de dos Estados, promover una solución integral, justa y duradera de la cuestión de Palestina y lograr la paz y la estabilidad duraderas en el Medio Oriente.
Wang Yi destacó que, desde la restauración del escaño legítimo de la República Popular China en la ONU, China se ha mantenido firme en hacer sus contribuciones y aportar sus soluciones a la gobernanza global. China busca la paz y la seguridad en la gobernanza global, sigue con firmeza el camino del desarrollo pacífico, persiste en resolver las disputas y las divergencias por medios pacíficos y persevera en desempeñar un papel constructivo en la promoción de la solución de las cuestiones candentes. China impulsa el desarrollo común en la gobernanza global, aboga por una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva y promueve la construcción conjunta de alta calidad de la Franja y la Ruta. China defiende la apertura y la inclusión en la gobernanza global, respeta la diversidad de las civilizaciones, realza los valores comunes de la humanidad y promueve los intercambios, el diálogo y la coexistencia pacífica y armoniosa entre diferentes civilizaciones. China practica la cooperación multilateral en la gobernanza global, es miembro de casi todas las organizaciones intergubernamentales universales y apoya a la ONU para que desempeñe un papel central en los asuntos internacionales. Mientras la ONU está a punto de entrar en sus próximos 80 años, China está dispuesta a trabajar con todas las partes para extraer sabiduría de la historia, abrir una nueva era para el multilateralismo y construir un sistema de gobernanza global más justo y razonable.
Al margen de la reunión, Wang Yi se reunió por separado con el secretario general de la ONU, António Guterres, y con los ministros de Relaciones Exteriores de Pakistán, Hungría, Uganda, Somalia y Bolivia, y realizó discusiones con personalidades de diferentes sectores sociales de Estados Unidos.