Respetados señores jefes y miembros de las delegaciones:
La segunda ronda de conversaciones de las seis partes ha cumplido con su temario después de más de tres días de consultas. Me permito expresar mi reconocimiento a los jefes, miembros y personal de las delegaciones por sus contribuciones.
Si decimos que en la primera ronda de conversaciones se había definido el objetivo general de la desnuclearización de la península, entonces, la importancia de esta ronda radica en que se llevaron a cabo diálogos de carácter sustancial y se dio un nuevo paso para la desnuclearización de la península.
En las conversaciones, las distintas partes realizaron discusiones profundas y constructivas, exploraron con sabiduría y razòn los métodos para la solución del problema, plantearon valerosas ideas y presentaron positivas declaraciones políticas. Las conversaciones lograron una serie de resultados provechosos y, sobre todo, llegaron a un consenso sobre la próxima ronda de conversaciones y el establecimiento de un grupo de trabajo, teniendo una importante significación para impulsar el proceso de las negociaciones pacíficas.
Queridos colegas: La paz y el desarrollo son los principales temas de nuestra gran época. Los pueblos de los seis países que representan ustedes, presentes aquí, necesitan y desean ansiosamente la paz, y los pueblos de todo el mundo también necesitan, desean ansiosamente y aman la paz.
En los últimos tres días, la comunidad internacional ha puesto su mirada en Beijing, en Diaoyutai, depositando profundas esperanzas en esta ronda de conversaciones. Tal vez alguna gente crea que los resultados de las conversaciones no han sido suficientes y que el proceso no ha sido rápido. Mi opinión es que esta ronda de conversaciones se inició en circunstancias en que las concernientes partes carecían de confianza mutua y se habían aumentado sus diferencias y que por eso no fue fácil que se lograran tales resultados, los cuales fueron el fruto del arduo y concienzudo trabajo de todos ustedes y reflejaron la voluntad política de las diversas partes de promover el proceso de paz, cosa que merece ser apreciada y felicitada.
En el asunto nuclear de la península se entrelazan numerosas contradicciones históricas y actuales, y aún permanecen divergencias e incluso graves divergencias. Nadie puede esperar que este asunto pueda ser solucionado mediante una o dos rondas de conversaciones. Lo buenos se consigue siempre después de pasar por muchos tropiezos. Pero, la aspiración del pueblo pesa como la montaña, y el pueblo desea la paz. Es merecido y glorioso trabajar por la noble causa de la paz por más tropiezos con que se presenten y por más duro que sea el empeño.
Con la perseverancia se alcanza todo. Es de esperar que todas las partes concernientes, basándose en el reconocimiento de la existencia de divergencias y adoptando una actitud constructiva, vayan disminuyendo las divergencias, ampliando sus consensos y abriendo su camino conducente a la solución del problema mediante diálogos.
Amigos: La primavera es una estación llena de esperanzas, y las semillas sembradas en la primavera sólo brotarán y crecerán con solícito cuidado para que se logre una rica cosecha en otoño dorado después de un caluroso verano. Que tomemos como tesoro el progreso logrado y persistamos en el proceso de conversaciones pacíficas, perseveremos en el rumbo de la solución del problema mediante diálogos y hagamos incansables esfuerzos por escribir un nuevo capítulo de reconciliación y cooperación por más dificultades y recodos que se presenten.
El camino será largo y estará lleno de recodos. Pero, el tiempo trabaja para nosotros y para la paz. Deseo a ustedes que pasen una agradable primavera, ferviente verano, rico otoño y festivo invierno. El tiempo es misterioso. A veces, los años pasan muy rápido, y otras veces los minutos y segundos parecen ser muy largos. Los tres días que hemos pasado juntos en Diaoyutai han sido muy activos e inolvidables.
Queridos colegas: Al decir la verdad, no quiero decirles adiós, sino que sean bienvenidos a China, a Beijing, a Diaoyutai.
Muchas gracias.