El 6 de abril de 2005, el Primer Ministro Wen Jiabao, de visita oficial en Pakistán, participó como orador principal en el acto de inauguración de la IV Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores realizada en el marco del Diálogo de Cooperación de Asia (ACD en inglés).
Los Ministros de Relaciones Exteriores o sus representantes de los 26 Estados miembros del foro acudieron a dicho evento.
En su intervención titulada "Ser socio digno de confianza de los pueblos asiáticos", Wen Jiabao afirmó ante todo la gran importancia que reviste el encuentro anual de los Ministros de Relaciones Exteriores de las diversas naciones asiáticas para la profundización del conocimiento mutuo y la promoción de la cooperación en la región.
Señaló que con una historia milenaria y cultura espléndida, Asia ha hecho enormes contribuciones al progreso de la humanidad. En la historia moderna, los pueblos asiáticos, víctimas de las invasiones y atropellos del colonialismo y el imperialismo, desplegaron una larga y ardua lucha para conseguir la liberación y la independencia nacionales. Los pueblos de este continente entienden mejor que nadie lo valioso de la paz. A partir de la segunda mitad del siglo pasado, los países de nuestra región se empeñaron en explorar un camino de desarrollo a la luz de las propias realidades de cada uno de ellos y emergió, como consecuencia, un conjunto de países recién industrializados. Asia ya se ha convertido en la región más dinámica con el más rápido crecimiento económico del planeta.
Al entrar en el siglo XXI, Asia sigue presentando una gran pujanza y tiene ante sí oportunidades históricas para su revitalización y desarrollo, dijo Wen. La situación internacional, caracterizada por la distensión en general, ha ofrecido un entorno exterior favorable para nuestra región. Los ricos recursos, abundantes manos de obra y los vastos mercados sirven como ventajas peculiares para el desarrollo económico sostenido de Asia. La innovación institucional, la reestructuración y los adelantos científicos y tecnológicos registrados en muchos países se constituyen en la gran fuerza motriz para garantizar la buena tendencia del crecimiento de la economía asiática. La cooperación intrarregional con características asiáticas continúa acelerándose, lo cual contribuye al aumento de la competitividad de nuestra región en todos los frentes.
Asia es hoy día una tierra llena de esperanzas y, a la vez, ensombrecida por las complejidades. Este continente es testigo de problemas territoriales, étnicos y religiosos, legados por la historia, temas regionales candentes, problemas del desarrollo económico desequilibrado y nuevos temas tales como terrorismo, crimen transnacional, deterioro del medio ambiente y propagación de las enfermedades infecciosas. Estos problemas yacen con diferentes grados de gravedad y las contradicciones se entretejen, dificultando seriamente el desarrollo de Asia.
Frente a las oportunidades y desafíos, las naciones asiáticas han de asumir sus responsabilidades históricas y aunar sus esfuerzos por construir una nueva Asia que apueste por la paz, la estabilidad, la cooperación y el desarrollo.
Wen aseveró que Asia anhela la paz, que es la condición previa y la garantía del bienestar y la prosperidad. Las guerras y los conflictos no sólo infligen flagelos a los pueblos, sino que también hacen desaprovechar las oportunidades. El respeto mutuo, el diálogo sobre una base de igualdad, las consultas amistosas y el entendimiento recíproco son la opción racional a la hora de dirimir disputas y conflictos. No escatimaremos nuestros esfuerzos por crear en Asia un entorno regional de confianza mutua, estabilidad duradera y paz.
Asia reclama la estabilidad. El mantenimiento de la estabilidad doméstica es de importancia capital para todas las naciones de esta región. Los asuntos internos de cada país deben ser decididos por su pueblo. La comunidad internacional debe realizar más esfuerzos en favor de la estabilidad regional y de países particulares y prestar mayor atención y asistencia a las naciones económicamente menos desarrolladas. Los países asiáticos en desarrollo tienen una necesidad apremiante de desarrollar su economía, librarse de la pobreza y los atrasos, reducir la brecha entre ricos y pobres y mejorar la democracia y el sistema legal, de manera que consigan una estabilidad interna duradera.
Asia requiere la cooperación. En el contexto de la aceleración de la globalización económica, la cooperación regional reviste un significado trascendental. La diversidad de Asia ofrece un inmenso espacio para la cooperación entre los Estados de la región. Debemos tomar la cooperación económica y comercial como una prioridad, impulsando la cooperación mutuamente beneficiosa en todas las dimensiones. Hemos de establecer y mejorar los mecanismos de cooperación en áreas clave como el desarrollo energético, la protección del medio ambiente, la utilización de los recursos y el diálogo en materia financiera y elevar gradualmente el nivel de la cooperación. Es necesario promover en forma paulatina el arreglo regional de libre comercio y solucionar apropiadamente los contenciosos comerciales para dar forma a un nuevo patrón de cooperación en Asia que se caracterize por la complementación, diversificación y apertura.
Asia necesita el desarrollo. La mayoría de los países asiáticos sufren el subdesarrollo y la población infligida por la pobreza de este continente representa dos tercios de la totalidad mundial. Es el vivo deseo de los pueblos asiáticos el acelerar el desarrollo económico y progreso social, lo que es la principal tarea que afrontan todas las naciones de esta región. El desarrollo de Asia y la mejora de la vida de su población constituyen en sí una colosal contribución al mundo. No llegará nunca un verdadero siglo de Asia, sin el progreso de nuestro continente en conjunto.
Wen destacó que China forma parte de la familia de Asia. Igual que otros pueblos de la región, el pueblo chino ama la paz, aprecia la estabilidad, busca la cooperación y se empeña en el desarrollo. Tras años de exploración, hemos encontrado un camino de desarrollo apto a las condiciones nacionales de China, o sea, la ruta de la modernización socialista con peculiaridades chinas hacia la paz y el desarrollo.
China se adhiere a la reforma interna, eliminando los obstáculos institucionales que limitan al desarrollo de las fuerzas productivas. El establecimiento del sistema de la economía de mercado ha estimulado enormemente el entusiasmo y la creatividad del pueblo chino. China se mantiene firme en la apertura al exterior, participando en la cooperación económica internacional y asimilando los resultados de la nueva tecnología del mundo para elevar el nivel de industrialización del país y reducir la distancia con los países desarrollados. Mediante la cooperación de beneficio mutuo con el exterior, China utiliza fundamentalmente su propia fuerza para hacer frente a los serios desafíos en materia de recursos y medio ambiente. Hacemos todo lo posible para evitar producir problemas a otros y hemos obtenido avances positivos. China sigue una política exterior independiente y de paz y se compromete a reforzar la amistad con los países vecinos, lo cual contribuye a crear un entorno favorable para la construcción nacional de nuestro país. En lo esencial, el propósito de China de seguir el camino de paz y desarrollo se basa en las necesidades objetivas de su propia modernización. A lo largo de estos más de 20 años, China ha venido avanzando en este camino, lo cual no sólo ha conducido a su propio desarrollo, sino que también ha generado oportunidades para otros países de Asia y promovido la paz y el desarrollo del mundo.
Wen aseguró que China sigue, con sinceridad y fimeza, el camino de paz y desarrollo. No obstante las alteraciones en el panorama internacional, el pueblo chino será para siempre un socio digno de confianza para otros pueblos de la región. Algunas personas están preocupadas de que una China más fuerte y desarrollada plantee una amenaza para otros países. Dicha preocupación es totalmente innecesaria. Las razones son las siguientes:
--- Continuaremos concentrándonos en hacer bien nuetros propios trabajos. China sigue siendo un país en vías de desarrollo, con un PIB per cápita algo superior a 1000 dólares norteamericanos, cifra que la ubica detrás de 100 países en el ranking mundial. Para lograr la modernización, a nuestro país aún queda un larguísimo camino por recorrer. Incluso si tengamos un país fuerte en el futuro, no seremos una molestia, ni mucho menos una amenaza, para nadie. ¡China jamás buscará la hegemonía!
--- Continuaremos ampliando y profundizando la cooperación con las diversas naciones de Asia. Todos los países, sean grandes o pequeños, ricos o pobres, son nuestros socios en condiciones de igualdad. Nuestro objetivo es lograr beneficios entre todos. China respalda el papel de los mecanismos regionales y subregionales de cooperación de Asia. Trabajaremos, junto con el resto de la región, por incrementar la confianza política mutua, profundizar la cooperación económica y comercial, ampliar los intercambios culturales e intensificar el diálogo en materia de seguridad, a fin de hacer mayores contribuciones al fomento de la cooperación integral en la región.
--- Continuaremos abordando en forma adecuada los problemas legados por la historia. La adhesión a los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica y el reforzamiento del diálogo y las consultas ayudan a resolver contradicciones, ampliar consensos y dar solución apropiada a los problemas legados por la historia. China ha dirimido controversias históricas sobre fronteras terrestres con la mayoría de los países mediante consultas en pie de igualdad y entendimiento recíproco. Con apego al principio de dejar de lado las disputas y participar en exploración conjunta, hemos llegado a consensos con algunos países acerca del desarrollo conjunto del Mar Meridional de China. El Gobierno chino mantendrá invariablemente la política de "ser buen vecino y buen socio" para mejorar y fomentar constantemente los lazos de amistad con otras naciones asiáticas.
--- Continuaremos desempeñando un rol constructivo en los asuntos regionales. China, un país responsable, ha cumplido las debidas responsabilidades en la superación de la crisis financiera asiática, la lucha contra la epidemia de SARS y la asistencia a los países afectados por el maremoto del Océano Indico. En el futuro, seguiremos sosteniendo la justicia, tanto en el plano regional como en el internacional, para defender los derechos e intereses de los países en desarrollo. Brindaremos como siempre el apoyo y la ayuda mutuos uno al otro en la salvaguardia de la seguridad económica y la lucha contra los grandes desastres naturales. China ofrece, dentro de su capacidad, la asistencia a otros países en forma sincera y desinteresada, sin imponer condición política alguna.
--- Continuaremos apoyando a Asia en el mantenimiento de su apertura. El desarrollo de China se ha beneficiado de su apertura al exterior. Por lo tanto, siempre abogamos por la apertura de nuestra región, la cual es indispensable para su progreso. La cooperación de Asia no es excluyente ni apunta contra la tercera parte. China y los demás países de la región dan la bienvenida a todas las naciones y organizaciones del mundo a tomar parte y jugar un papel activo en el proceso de desarrollo de Asia.
Por último, Wen concluyó que Asia contempla en el siglo XXI perspectivas promisorias. Son la paz, la estabilidad, la cooperación y el desarrollo donde yace la esperanza de la región. Para materializar esta meta ambiciosa, se requiere de los esfuerzos perseverantes de todas las naciones de este continente. ¡Unámonos en una sola voluntad y fuerza para crear un mejor porvenir para Asia!
El ACD, iniciativa de Tailandia, tuvo su primera Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores en 2002 y China acogió la tercera edición de dicha Reunión en 2004. Actualmente , el ACD es el único mecanismo oficial de diálogo y cooperación abierto a toda Asia, cuyo propósito consiste en el fomento de los intercambios y la cooperación de los países asiáticos en los diversos campos.