El 28 de septiembre de 2024, hora local, el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, asistió al debate general del 79.º período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la sede de la ONU en Nueva York, en el cual expuso la posición de China sobre la cuestión de Taiwán.
Wang Yi dijo que Taiwán forma parte inalienable del territorio chino. Esta es la historia y la realidad. La Declaración de El Cairo y la Proclamación de Potsdam estipularon explícitamente que todos los territorios que Japón ha robado a los chinos, incluyendo Taiwán y las Islas Penghu, deben ser devueltos a China, lo cual forma parte importante del orden internacional tras la Segunda Guerra Mundial. Hace 53 años, justo en este salón sagrado y solemne, el 26.º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU adoptó la Resolución 2758 por abrumadora mayoría, decidiendo restaurar todos los derechos de la República Popular China en la ONU, reconocer a los representantes del Gobierno de la República Popular China como los únicos representantes legítimos de China ante la ONU, y expulsar inmediatamente a los representantes de la región de Taiwán de la ONU y de todas las organizaciones relacionadas con ella. Esta resolución solventó completamente la cuestión de representación de toda China, incluyendo Taiwán, en la ONU, y dejó claro que no existen “dos Chinas” o “una China, un Taiwán”. En esta cuestión de principios, no hay zona gris o espacio para la ambigüedad. La completa reunificación de China se logrará sin duda alguna. Taiwán volverá finalmente al abrazo de la madre patria. Esta es la tendencia predominante de la historia que nadie ni ninguna fuerza puede detener.