Pregunta: El 31 de octubre y el 1 de noviembre, la primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, publicó consecutivamente en su cuenta de redes sociales dos mensajes sobre su reunión e intercambio con personal de las autoridades de la región china de Taiwán al margen de las reuniones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), acompañados de las fotografías pertinentes, y se refirió a una persona de la otra parte como “asesor principal de la Oficina Presidencial de Taiwán”. ¿Cuál es el comentario de China al respecto?
Respuesta: La líder japonesa insistió en reunirse con personal de las autoridades de la región china de Taiwán al margen de las reuniones del APEC e hizo propagandas sensacionalistas de forma inescrupulosa en redes sociales. Estas acciones violaron gravemente el principio de una sola China, el espíritu de los cuatro documentos políticos entre China y Japón y las normas básicas de las relaciones internacionales, y enviaron una señal muy equivocada a las fuerzas secesionistas por la “independencia de Taiwán”, con una naturaleza y un impacto atroces. China se opone resueltamente a esto y ha presentado gestiones solemnes y enérgicas protestas ante Japón.
La cuestión de Taiwán es un asunto interno de China y es el núcleo de los intereses medulares de China. Concierne a los cimientos políticos de las relaciones China-Japón y a la confianza básica en Japón, y representa una línea roja que no se puede cruzar. Este año marca el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la Guerra Antifascista Mundial, y el 80.º aniversario de la recuperación de Taiwán. Dada su larga historia de dominio colonial sobre Taiwán, Japón tiene responsabilidades históricas serias e ineludibles en la cuestión de Taiwán y, por lo tanto, debería ejercer mayor prudencia en sus palabras y acciones. China insta encarecidamente a Japón a acatar el espíritu de los cuatro documentos políticos entre China y Japón, a honrar los compromisos que Japón ha asumido hasta la fecha, a reflexionar sobre sus errores y corregirlos, a tomar medidas concretas para eliminar el impacto negativo, a dejar de entrometerse en los asuntos internos de China y a traducir en acciones concretas su declaración de construir las relaciones chino-japonesas constructivas y estables en concordancia con las demandas de la nueva era.
