El 5 de diciembre de 2023, el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, asistió a la ceremonia de inauguración del Simposio Internacional en Conmemoración del 75.º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), en Beijing. En el evento, presentó cuatro sugerencias para lograr el pleno disfrute de los derechos humanos por parte de todas las personas y alcanzar los objetivos establecidos en la DUDH.
En primer lugar, es necesario abogar por la seguridad común y crear un entorno internacional más seguro y tranquilo para la realización de los derechos humanos. La seguridad es la base y la garantía de los derechos humanos. Como lo destaca la Declaración sobre el Derecho a la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), toda persona tiene derecho a disfrutar de la paz. Hay que defender firmemente el sistema internacional centrado en la ONU y el orden internacional basado en el derecho internacional. De ninguna manera se puede permitir que este mundo vuelva a la ley de la selva ni se puede dejar que los países caigan nuevamente en el abismo de la confrontación de la Guerra Fría. Hace falta practicar la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG), defender el nuevo concepto de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, abordar los desafíos de seguridad con una mentalidad de ganancia compartida, buscar resolver las divergencias y disputas a través del diálogo y la consulta, y lograr que se ponga fin a los conflictos y las guerras y que las personas desplazadas regresen a sus hogares lo antes posible.
En segundo lugar, es menester priorizar el desarrollo para proporcionar una base material más sólida para la realización de los derechos humanos. El desarrollo es un tema eterno de la sociedad humana. El derecho al desarrollo es de especial y primordial importancia para los numerosos países en desarrollo. La Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG) propuesta por China tiene como objetivo promover que el desarrollo vuelva a ser una prioridad central en la agenda internacional e implementar integralmente la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible. Se necesita aportar mayor equidad, mayor eficiencia y una sinergia más fuerte al desarrollo global, defender una economía mundial abierta, oponerse al bloqueo tecnológico, derribar las barreras tecnológicas y rechazar el desacoplamiento del desarrollo. También hay que impulsar una globalización económica que sea más abierta, inclusiva, equilibrada, de beneficios para todos y de ganancias compartidas, crear un entorno favorable para que todos los países logren el desarrollo y el crecimiento económicos, y garantizar de forma efectiva que los pueblos de todos los países disfruten de iguales derechos al desarrollo.
En tercer lugar, es imperativo fomentar los intercambios y el aprendizaje mutuo para ofrecer más opciones de rutas para la materialización de los derechos humanos. Hay diferentes caminos para el avance de los derechos humanos. No existe en el mundo un único modelo autorizado de desarrollo de los derechos humanos. Cada país y su pueblo deberían y tienen derecho a explorar de forma independiente un camino de desarrollo de los derechos humanos que se ajuste a sus realidades nacionales. Hace falta respetar la diversidad de las civilizaciones del mundo, practicar la Iniciativa para la Civilización Global (ICG), fortalecer los intercambios y el aprendizaje mutuo, alentar y respetar a los países a la hora de elegir sus propios caminos de desarrollo de los derechos humanos, y permitir que a los pueblos de todos los países se les garanticen los derechos humanos de manera justa a través de sus propios esfuerzos de modernización.
En cuarto lugar, es importante defender la equidad y la justicia para proporcionar una plataforma de cooperación más eficaz para hacer realidad los derechos humanos. A todas las partes les incumbe rechazar cualquier intento de entrometerse en los asuntos internos de otros países o contener su desarrollo con el pretexto de los derechos humanos, decir no a cualquier intentona de politizar o instrumentalizar las cuestiones de derechos humanos o utilizarlas para trazar líneas ideológicas, y oponerse a cualquier intento de imponer los propios valores y modelos a otros o formar círculos o bloques exclusivos contra otros. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU y otros órganos multilaterales de derechos humanos deberían seguir los principios de imparcialidad, objetividad, no selectividad y no politización en su trabajo y operación y corregir de forma oportuna la insuficiente representatividad de los países en desarrollo. Deberían garantizar que el sistema de derechos humanos de la ONU se convierta realmente en una plataforma para el diálogo y la cooperación entre las diversas partes en lugar de un escenario para la confrontación o para ejercer presión, con miras a inyectar continuamente más energía positiva al desarrollo de la causa internacional de los derechos humanos.
