Haciendo caso omiso de las reiteradas y serias gestiones de la parte china, la parte norteamericana ha insistido en arreglar la entrevista del Presidente norteamericano Obama con Dalai en la Sala de Mapas de la Casa Blanca el día 18 de febrero, hora local del Este de EE.UU. La Secretaria norteamericana Hillary Clinton también se entrevistó con Dalai el mismo día. La actuación de la parte norteamericana intervino gravemente en los asuntos internos de China, hirió seriamente el sentimiento nacional del pueblo chino y dañó gravemente las relaciones sino-norteamericanas. El Vice Ministro de Relaciones Exteriores Cui Tiankai ya ha citado al Embajador norteamericano en China Jon Huntsman para hacer solemnes gestiones.
El Tíbet es una parte inseparable del sagrado territorio de China y los asuntos relacionados con el Tíbet son puramente asuntos internos de China. China se opone resueltamente a la entrevista con Dalai de dirigentes y funcionarios gubernamentales de cualquier país en cualquier forma y a la intervención en los asuntos internos de China de cualquier país y cualquier persona bajo cualquier pretexto utilizando el problema de Dalai. Las palabras y acciones de Dalai en las últimas décadas han demostrado que él no es sencillamente una figura religiosa, sino un exilado político que bajo el ropaje religioso se consagra a las actividades separatistas y antichinas durante largo tiempo. La aprobación de la visita de Dalai a EE.UU. y el arreglo de las entrevistas con el dirigente norteamericano y otras personalidades políticas han violado gravemente las normas básicas que guían las relaciones internacionales y los principios establecidos en los tres Comunicados Conjuntos de China y EE.UU. y la" Declaración Conjunta de China y EE.UU. "y van en contra de los compromisos reiterados por el gobierno norteamericano de reconocer que el Tíbet es una parte de China y de no apoyar la "independencia del Tíbet". Por ello, la parte china expresa su fuerte descontento y firme oposición.
La determinación del gobierno y pueblo chinos de defender la soberanía nacional e integridad territorial es inquebrantable. Está condenado al fracaso el intento de cualquier persona de aprovechar el problema de Dalai para intervenir en los asuntos internos de China. China pide a la parte norteamericana tratar seriamente a la posición de la parte china, tomar inmediatamente medidas eficaces para eliminar las nefastas consecuencias, dejar de tolerar y apoyar a las fuerzas separatistas y antichinas por la "independencia del Tíbet" y cesar de intervenir en los asuntos internos de China para salvaguardar, con acciones prácticas, el sano y estable desarrollo de las relaciones sino-norteamericanas.
