El 4 de julio de 2025, hora local, el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, se reunió con la prensa junto con el ministro para Europa y de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, en París y respondió preguntas en el lugar.
En respuesta a una pregunta de la prensa sobre los puntos de vista de China respecto a la cuestión nuclear iraní y la situación actual en el Oriente Medio, Wang Yi afirmó que la cuestión nuclear iraní podría haber servido como modelo para la solución de disputas internacionales mediante diálogos y consultas, pero ahora está desencadenando una nueva ronda de crisis en el Oriente Medio. Si bien el mundo ha oído los golpes a la puerta por parte de la paz, al final no se ha logrado abrir la puerta hacia la paz. China lamenta profundamente esta situación, cuyas lecciones merecen una profunda reflexión.
Wang Yi dijo que la posición de China sobre la cuestión nuclear iraní es clara y consecuente. China siempre concede importancia al compromiso hecho en público en múltiples ocasiones por el líder supremo de Irán de no desarrollar armas nucleares y, al mismo tiempo, respeta el derecho de Irán al uso pacífico de la energía nuclear como Estado parte del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). Sobre esta base, las partes involucradas pertinentes pueden acelerar las negociaciones para un nuevo acuerdo internacional que resuelva la cuestión nuclear iraní, y someter completamente las actividades nucleares de Irán a la estricta supervisión y salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Wang Yi afirmó: “Quisiera enfatizar que el camino hacia la paz está bajo nuestros pies, y que la historia pondrá a prueba la sinceridad de todas las partes”.
Wang Yi expresó que el reciente conflicto militar entre Israel e Irán no debería repetirse. La guerra no puede resolver la cuestión nuclear iraní. Los ataques preventivos carecen, obviamente, de legitimidad, y el abuso de la fuerza solo provocará mayores conflictos y acumulará más odio. Peor aún, Estados Unidos ha sentado un mal precedente al bombardear flagrantemente instalaciones nucleares de un Estado soberano. Si se desencadena un desastre nuclear, el mundo entero pagará el precio. La supuesta afirmación de “primero la fuerza, luego la paz” es una lógica de la política de la fuerza. Si lo correcto y lo incorrecto se juzgan únicamente por la fuerza, ¿dónde están las reglas? ¿Dónde está la justicia? La fuerza no puede traer la paz verdadera, sino que muy probablemente abrirá la caja de Pandora. ¿Cómo deberían arreglárselas los países que carecen de fuerza, especialmente los pequeños y medianos? ¿Acaso solo pueden ser servidos en la mesa, a merced de otros?
Wang Yi enfatizó que, para resolver verdaderamente la cuestión nuclear iraní, no se puede eludir el quid de la cuestión del Oriente Medio, es decir, la cuestión de Palestina. La catástrofe humanitaria en Gaza no debería continuar, la cuestión de Palestina no puede volver a ser marginada, las legítimas demandas de la nación árabe deberían atenderse cuanto antes, y la justa voz del vasto mundo islámico debe tomarse en serio. La solución de dos Estados es la única salida realista para poner fin al caos en el Oriente Medio, y la comunidad internacional debería tomar más acciones prácticas y efectivas en este sentido.
Wang Yi afirmó que China y Francia, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), deberían hacer valer la justicia, emprender acciones con sentido de responsabilidad, apoyar la solución de conflictos mediante diálogos y negociaciones, oponerse a cualquier doble rasero y decidir sus posiciones y políticas según lo justo y lo erróneo de cada asunto. A la ONU y a su Consejo de Seguridad les incumbe aún más desempeñar su debido papel a favor de la paz. China está dispuesta a trabajar con Francia para realizar esfuerzos incansables a este respecto.